Había tres puertas y una arcada como las de las recobas.
Las dos primeras, eran importantes: de madera maciza, con cuadraditos rellenos de vidrio, y unos postigones muy fuertes que cuando se cerraban no dejaban pasar ni un poquitito de luz. También tenían una manijotas, que cuando negrita quería acceder a los cuartos se colgaba y tiraba, una y otra vez, balanceando su cuerpecito como un trapo al viento....
Casi siempre desistía poque pensaba que su madre había cerrado con llave. (cosa muy extraña en esos tiempos pero ella lo creía así).
Ah! la cerradura! Ese es otro tema...
El ojo de negrita se llevaba un festival de cine, mirando por allí.
Porque recordemos que para negrita no había secretos, ni movimiento que se puediesen escapar de su conocimiento...
Después todo lo que captaba era motivo de larguísimas meditaciones y muy sabias conclusiones.
Luego la arcada, que como buena arcada no tenía puerta.
Esa arcada daba a un hall.
Un lugar que anque era la antesala de un baño muy antiguo ... este ... bueno ... lo cuento ... era el lugar en donde se armaba el glup... glup ... no se si debo decírselos porque parece ahora un tanto irreverente... "masí " se los digo... allá va:
* Allí armábamos el mismísimo Pesebre con arbolito de navidad y todo!!!
Por supuesto que la pobre negrita no tenía en cuenta esos detalles, pero al fin y al cabo era el único lugar de la casa en que le permitían hacerlo.
Pero la última de las puertas, era la más hermosa.
Era más pequeña y de hierro, pintada de verde esperanza ... con cuadraditos de vidrios y también con una cerradura generosa.
El detalle más importante que le distinguía era el que tenía a un costado, consistía en una ventanita como la de las casitas de los cuentos. Pequeña, con forma de arcada , también con rectángulos de vidrios de colores y : ¡Se abría a dos hojas!
Ja ja ja... recuerdo a su" hermana mayor su única hermana" que un día se asomó y cantó y cantó... hasta que su padre cansado de sus estridencias dejó su trabajo y la sacudió....en forma...
La Mayor, pues, nunca más cantó... ni el himno nacional en el colegio...
¡Juas jajajaja!
Fue muy divertido recordar este tramo de la historia de la negrita....
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